El mundo está cambiando. Nuestros hábitos de consumo no son los mismos que diez años atrás, y probablemente ninguno de nosotros puede ya definir si estos hábitos fueron producto de la digitalización o todo lo contrario.
Lo cierto es que nuestra manera de consumir ha impactado nuestra sociedad en todos los niveles, y la industria ha sido la principal afectada al cargar con el desafío de responder a la demanda de la manera más ágil, sostenible y rentable posible.